domingo, 25 de noviembre de 2012

Pastrana Manzanilla Pasada… Qué Pasada de Sensaciones!!!



Nos reunimos con Alejandro, el abulense JL y Mara, que nos aportará la fina nariz que toda mujer posee y su amplio conocimiento del fascinante mundo del vino, en esta cata de la Manzanilla Pasada de Pastrana. Una botella que teníamos guardada para un momento especial. La elabora las Bodegas Hidalgo de Sanlúcar de Barrameda quien elabora la súper conocida Manzanilla La Gitana.

Se llama Manzanilla Pasada a la Manzanilla que pasa por un proceso de envejecimiento que suele ser siempre superior a los 10 años. En el caso que nos ocupa, la Manzanilla Pasada Pastrana es un vino generoso elaborado exclusivamente con uva Palomino proveniente de un único viñedo de 14 hectáreas, que se denomina Pastrana (y que da nombre al vino) en el pago de Miraflores.

Para su elaboración solo se destina el mosto yema (el que se consigue sin presionar la uva) que tiene la máxima calidad. Se fermenta en depósitos de acero inoxidables usándose levaduras naturales del viñedo. El vino alcanza al principio un alcohol del 11% pero se fortifica para conseguir el 15,5%.

Se envejece en barricas centenarias de roble americano con el sistema tradicional de esta DO de Jerez- Manzanilla de Sanlúcar, el de criaderas y solera. En esta fase de envejecimiento el velo en flor sufre una degradación natural que le produce una crianza semi oxidativa, la cual le aporta ese carácter intenso y esa diferente personalidad si la comparamos con las manzanillas jóvenes.




CATA

Botella tintada vestida con bonita etiqueta. Volumen Alcohólico 15,5%

Visual: Color oro viejo con reflejos ambarinos, brillante y con abundante y espesa lágrima

Nariz: Explosión de matices e intensidades. Notas marinas de yodo, salitre, marisma, paseo por  Bajo de Guía, de abrazo entre el Guadalquivir y el Atlántico.  Junto con las notas de frutos secos, de flores blancas, de levaduras naturales  y de ebanistería … elevan esta fase olfativa a niveles supremos.

Boca: Si gusta la entrada, emociona su final. Fresca, grasa, salina, amarga, intensa,  poderosa, sorprendente. Notas marineras de las que envuelve a Sanlúcar, de noche y de día y también de campo… de silencioso olivar andaluz. Postgusto muy amplio, punzante, con matices salinos y de frutos secos que quedan en la boca como una lenta letanía y que se aferran en el paladar negándose a separarse, como una despedida de enamorados. Sublime.




Para acompañar mojama, langostinos, gambas, anchoas en salazón, guisos de pescado, quesos semicurados y embutidos. Y este carrusel de sensaciones e intensidades, este tesoro poco conocido, por menos de 13€… excelente RCP.






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